miércoles, 7 de julio de 2010

Letanías de un verano


Aquella casa olvidada. Tom Sawyer. Caminar dentro del río. Cerveza bien acompañada. Café con hielo y Tour. Las tortugas y el hombre de los sellos, siempre en la misma esquina, junto a la valla metálica. Moby Dick y la lectura compartida. Amistad. Olor a dompedros recién regados. El transistor viejo de mi padre. La habitación más fresca. Una caricia en tu suave nuca adolescente. Summertime. Radio 3.  Persianas bajadas y sonidos lejanos. La cama siempre deshecha. Perrear por la siesta. El campeonato de los cien goles (que ya no son cien). Las minas del rey Salomón. El tiempo remansado en mitad de una cascada. The Phantom. Besos escondidos en un parque. John Ford. I’ll be with you in a minute, Mr. Peabody! Fotografías en blanco y negro antiguo. Mi madre que vuelve a empezar Pepita Jiménez. Los ritos de Granada. El capitán Nemo. Soledad. La cama con sonidos de barco. Calidez de la piel en tu espalda. Los cigarros del faraón. ¿Jugamos a Tomb Raider? La libreta azul de nuestros recuerdos. Navajas, coquinas y el Manual de los jóvenes castores. La insondable profundidad de las aguas del pantano. Anzuelos perdidos en las rocas. La amistad impagable de mi hermano. La raída mecedora de la Tata. Cañete que no es Cañete. Las arenas de Cádiz. Ruinas romanas junto al mar. Conversación hasta muy tarde. El viaje hacia nosotros. El sabor a polo de limón de tus labios. Tus labios. Esto es verano. Quien lo probó lo sabe.